El agua participa de numerosas asociaciones simbólicas, algunas de ellas de sobra conocida. Es transparente, lúcida y parece que limpia el cuerpo, que no “el aliento vital”.
Estas capacidades dotan, al líquido elemento, de un relevante papel en nuestras vidas y en algunas ocasiones sacia nuestra sed y en otras, la mayoría, la utilizamos para comerciar con ella.
El agua sirve, además, para bendecir en la llegada y en el tránsito para el “más allá”.
Parece que debemos tenerla muy presente por cuanto son pocos quienes la disfrutan, la comercian y se enriquecen con ella.
No debemos olvidar que estamos formados de agua y que las dos terceras partes de la que podemos beber está congelada.
Necesitamos agua, es el vehículo energético.
Un brindis por el agua.
En la fotografía, una imagen de los ríos Guadalhorce y Guadalteba unidos por el agua en el Castillón de Gobantes.
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